Fiesta Clandestina en San Andrés Cholula Atrae a 300 Jóvenes Menores de Edad
A las ocho de la noche, una tranquila calle en San Andrés Cholula se transforma en el escenario de una fiesta clandestina, donde cerca de 300 jóvenes, en su mayoría menores de edad, se congregan en un terreno improvisado para el evento. Detrás de una malla ciclónica, en un lugar sin puertas y aún en construcción, tres hombres comienzan a preparar bebidas alcohólicas para venderlas a los asistentes, quienes pagaron 130 pesos por su boleto.
El evento, llamado “Tokyo (G3)”, forma parte de una red de fiestas clandestinas conocidas como «Black AX», que cada mes se organizan en distintos puntos de Puebla y Cholula. A través de un grupo de WhatsApp, los organizadores compartieron la ubicación exacta del sitio apenas tres horas antes del inicio, para mantenerlo oculto de las autoridades.
Al llegar, los asistentes son recibidos por una mujer que controla el acceso, junto con dos personas más que dibujan una cruz en la muñeca de los jóvenes como señal de su participación en la fiesta. A pesar de las precauciones tomadas por los organizadores para evitar la presencia de la policía, no se realiza ninguna verificación de identidad para corroborar la mayoría de edad de los asistentes.
El evento clandestino se lleva a cabo en un terreno al fondo de una privada sin pavimentar, rodeado de casas en construcción. La organización genera ganancias estimadas de al menos 40 mil pesos por evento, incluyendo la venta de alcohol, lo que ha permitido a los organizadores mantener esta actividad de manera recurrente.
El evento refleja el creciente fenómeno de fiestas clandestinas en la región, donde la falta de regulación y supervisión pone en riesgo a cientos de jóvenes y menores de edad que asisten en busca de una diversión sin límites.